En un mundo ideal, la gente debería tener un peso normal para su edad y sexo producto de consumir una dieta balanceada en carbohidratos, grasas y proteínas, y hacer ejercicio de manera regular. La realidad es que estamos muy lejos de vivir en ese mundo ideal. Según reporta la más popular bebida de cola, México es el mayor cliente de sus productos a nivel mundial, con una media de consumo de 700 bebidas de 355 ml por persona por año. Los mexicanos consumimos una dieta con un exceso de carbohidratos (especialmente los carbohidratos complejos) y grasas (especialmente las saturadas o de origen animal). Es bien conocido que un exceso de proteínas y grasas en los alimentos ocasionan un aumento de más del 150 % en las tasas de oxidación e inflamación en nuestro cuerpo. Eso, junto con un consumo pobre de alimentos con fibra y antioxidantes, más la falta de ejercicio regular, y la presencia de algunos vicios como el tabaquismo y el alcoholismo, pasarán pronto factura al cuerpo en forma de una resistencia a la insulina, dislipidemia, que es el aumento en nuestros niveles de colesterol total, LDL y VLDL, (colesterol malo) con reducción de los niveles de HDL (colesterol bueno), además de trastornos con el ácido úrico, diabetes, ateroesclerosis y finalmente enfermedades cardíacas como la angina de pecho o el infarto del miocardio. Tenemos que aprender a comer bien, es decir, en cantidades apropiadas, en forma balanceada y en horarios regulares, incluyendo más vegetales y frutas, y disminuyendo la cantidad de carbohidratos complejos y grasas saturadas (sería muy importante dejar de tomar refrescos y bebidas con alto contenido calórico, frituras y fritangas, panes azucarados, y dulces y otras golosinas). De manera concomitante, debemos aumentar la cantidad de ejercicio que hacemos, y esto significa hacer ejercicio de manera regular, haciendo 1 hora de actividad física cada día en por lo menos 5 días de los 7 que tiene la semana.
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